Shaduf, vista de El Cairo. Dibujo por
Karl Girardet,
grabado
en madera por J. Ouartley (1860).
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Se basa en el fundamento de la palanca ("Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo", Arquímedes), ya que se construye colando un palo largo balanceando en un soporte horizontal. Un viajero alemán de finales del siglo XIX, Karl Kaerger lo describió indicando que "...se hincan en la tierra dos troncos que arriba posean una horqueta natural; encima de estas se coloca una barra transversal a la cual se sujeta una palanca que de un lado lleva una piedra pesada y del otro una cubeta."
El shaduf (shadoof; shadouf, chadouf o chaduf) ya se utilizaba en Egipto en época farónica, y se sigue usando en la actualidad. Parece un mecanismo imperecedero. Es lo que ha llevado a titular este blog como "Shaduf, escenas de un Egipto perpetuo".
En España también se utilizaba un instrumento parecido al que se denominaba cigoñal, ciconia o cigüeña (por la similitud con la silueta de este ave). En el diccionario de la Real Academia de 1884 ya aparece la palabra cigoñal, con la complicada descripción “pertiga enejada sobre un pie derecho, para sacar agua de algunos pozos, con que regar o dar de beber al ganado”. El antropólogo e historiador Julio Caro Baroja, afincado y fallecido en Bera (Navarra), apuntaba en 1983 que el nombre correcto es cigüeñal.